Un equipo internacional de expertos en salud pública, liderado por la Universidad de Stirling con la colaboración de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología y otras instituciones, ha hecho un llamamiento a proteger a los niños y niñas del humo de segunda mano en sus hogares. adoptar medidas legislativas para impedir que se fume en los hogares donde viven menores de edad.
La evidencia indica que la concentración de humo de segunda mano en los hogares es a menudo significativamente mayor que en los espacios públicos. En consecuencia, los niños expuestos al humo de segunda mano en casa se enfrentan a un mayor riesgo de complicaciones para la salud , incluidas infecciones respiratorias, exacerbaciones del asma y deterioro del desarrollo pulmonar. A escala global, la exposición al humo de segunda mano causa más de un millón de muertes prematuras al año. La exposición también afecta de forma desproporcionada a los niños de entornos socioeconómicamente desfavorecidos, agravando las desigualdades en salud a escala nacional.
El documento, que cuenta con aportaciones de los investigadores Olena Tigova y Armando Peruga de la Unidad de Control del Tabaco, propone una serie de cambios políticos como la introducción de objetivos nacionales para reducir la exposición de humo de segunda mano entre los niños, junto con intervenciones personalizadas entre las poblaciones vulnerables. «La evidencia sugiere que las medidas legislativas ayudarían a efectuar un cambio real ante este problema de salud. La prohibición de fumar en el hogar no sólo podría proteger la salud de los niños, sino también cambiar las normas sociales en torno a fumar en los espacios interiores, al igual que las prohibiciones de fumar en los coches que transportan a niños», afirma el autor principal del Sltir, el profesor Se.
Los autores también recomiendan el uso de datos internacionales para rastrear el apoyo público a las prohibiciones de fumar en el hogar a nivel local, nacional y mundial, y una revisión del actual Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud sobre las directrices de control del tabaco para incluir los hogares privados como un entorno clave para la protección.
El documento, que cuenta con contribuciones de expertos internacionales de todo el Reino Unido, Europa y tanto el sur como Norteamérica, representa un llamamiento global para proteger a las poblaciones vulnerables a través de políticas innovadoras y basadas en la evidencia.